"El arte es un paso desde lo visible y conocido, hacia lo desconocido." Kalil Gibran

jueves, 28 de febrero de 2013

Lucrecia

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Sería imposible y pretencioso que nosotros, personas comunes, hiciéramos un revisionismo histórico de cada personaje que la educación y la escuela nos han servido ya “acusados en bandeja” y que hoy, desde nuestra visión contemporánea, podríamos hacer bajar del cadalso sin ningún preámbulo. Pensaba en tantísimas mujeres que han sido víctimas del dedo acusador de la historia, y que el estigma las ha acompañado, no siempre tan justamente, hasta nuestros días. Por ejemplo, y por mencionar sólo un caso que viene a cuento con mi trabajo, pensaba en Lucrecia Borgia, a quien, probablemente, si juzgáramos hoy desde nuestro contexto, bien distinta podría haber sido la cosa. Pensemos en una niñita, nacida en el seno de una familia italiana ya de por sí corrupta del siglo XV. Hija ilegítima, producto de los amoríos de su madre  con Alejandro VI, aunque reconocida por su padrastro, nada menos que el cardenal Rodrigo Borgia! Sólo de pensar el haber nacido en ese entorno y con estos precedentes, me da miedo! Con apenas 11 años, sí, sí, sólo once añitos, Lucrecia había sido ya comprometida en matrimonio dos veces, por supuesto nunca pensándose en el bienestar o felicidad de la joven, sino en las alianzas convenientes para el poder familiar. Y a los 13 años,  ya estaba casada. Por un minuto habría que sentir como una niña podía llegar a resolver en el interior de su inocencia femenina, el meterse en la cama de un viejo u otro, sólo porque era menester que la chica diera a luz a un heredero; y si uno no podía (porque el primero fue impotente), habían de ser tantos como los necesarios para cumplir el objetivo. Su padre la casó y la descasó a “gusto e piacere”, según la conveniencia de un Vaticano corrupto, y era de esperar que Lucrecia finalmente, o probablemente en búsqueda de algún afecto real (en el sentido de realidad y no de realeza), tuviera varios romances ilícitos que la terminaron convirtiendo  en el objeto de los “dedos acusadores” de un ambiente mucho más corrupto que ella misma o, en todo caso, absolutamente culpable y responsable de los hijos que le daba a la historia.  Murió joven, dando a luz, y llevó una vida a la que hoy llamaríamos “feminista”. Era culpable de ser “la hija de”, y ha llegado a nuestros libros como “libertina” y “pecadora”, adjetivos impuestos por los enemigos de su padre, en la mismísima Iglesia, que son los quedan marcados a fuego!
Después, un personaje tan rico como este, fue manipulado por grandes escritores, convengamos que no era un personaje para despreciar: envenenadora, asesina, victimaria y víctima de sus hijos…aunque todo esto sólo fuera consecuencia de la fantasía necesaria para enriquecer el morbo de los lectores de las novelas de los siglos precedentes a su tortuosa vida y que, tal vez, poco haya tenido que ver con la realidad que vivió la mujer en su época.
Finalmente hubo, sí, revisionistas especializados que intentaron reivindicar a esta mujer trescientos años más tarde, y parece que Lucrecia era culta, hablaba cuatro idiomas, poseía un gran refinamiento y dedicaba sus horas a obras de caridad!
Ahora, y nombrando sólo este caso de cientos y miles que ha de haber y que, muchos de mis lectores que se dedican a la historia conocerán mejor que yo, sólo me pregunto: se le podía perdonar, por aquellas épocas y en aquel entorno, muchas virtudes a una mujer, directa descendiente de Eva, la pecadora?
Es por casos como este que deberíamos escarmentar,  y dejar de señalar tanto con el dedo, porque lo que hoy nos parece oscuro, pecaminoso, cruel, insensato, nefasto…o cualquier otro de esos adjetivos que solemos usar para marcar aquello que parece contra natura, podría, en unos años apenas (porque el tiempo actual corre mucho más veloz que el de antaño), volvérsenos en contra.


10 comentarios:

jaal dijo...

Parece que Lucrecia, como muy bien lo cuentas, fue una víctima dentro de una familia sin escrúpulos dedicada al poder, a la corrupción y al papado. Este figura de Alejandro VI era español de un pueblo de Valencia, podrido de ambición hasta el tuétano.

Un abrazo y gracias por tus comentarios Patzy

Patzy dijo...

Jaal:
Al contrario, gracias a ti por pasar, y más aún por haberme visitado en primera instancia, permitiéndome conocer tu blog y la excelente calidad que tienes como escritor. Felicitaciones amigo. Y abrazooo

Cayetano dijo...

La manipulación de hechos y personajes es algo relativamente muy frecuente, sobre todo cuando los comportamientos no entran dentro de la ortodoxia oficial.
Un saludo.

Patzy dijo...

Cayetano:
Si tú lo dices, ha de ser así...porque confío en los profesores de historia! Je! Abrazoooo, y gracias!

Eduardo Omar Campilongo dijo...

Bien, he aprendido historia, solo tenía el nombre y que ser una Borgia, era algo terrible. FELICITATE, ahora se quien es verdaderamente Lucrecia Borgia y lo que padeció.

Gracias y buen finde!!

Patzy dijo...

Eduardo:
Jaja! Nooooooooo, lejos estoy yo de enseñar historia, sólo puse el caso de Lucrecia Borgia como ejemplo del tema que quería tratar...Tal vez esta mujer fue mala de verdad, no sé...lo que critico es lo despiadada que fue la sociedad a lo largo del tiempo con algunas personas: mujeres, santos, artistas, soldados, etc. Sólo eso. Besitos, y gracias por pasar!

Luján Fraix dijo...

ANTES LA SOCIEDAD ERA DESPIADADA, PERO AHORA EXISTEN CIERTOS PREJUICIOS CON RESPECTO A SITUACIONES QUE NO CAMBIAN. HAY CODIGOS QUE SIGAN INTACTOS AUNQUE DIGAN QUE LA SOCIEDAD ESTÁ PREPARADA.
EXCELENTE LO QUE HAS CONTADO, ME HAS ILUSTRADO BASTANTE.
BESOS

Patzy dijo...

Luján:
Y, sí, hoy todavía hay mucha hipocresía...no todo es del color que parece, verdad? Me alegra que te haya interesado el post. Un gran abrazooo!

இலை Bohemia இலை dijo...

Interesantísimo post, he leído algún libro sobre su persona...

Patzy dijo...

Bohemia:
Sí, es un personaje atrapante. En general, todo el mundo del renacimiento tiene historias muy particulares, muy fuertes, tan diferentes todas! Gracias por pasar, y un gran abrazo!

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