"El arte es un paso desde lo visible y conocido, hacia lo desconocido." Kalil Gibran

lunes, 10 de diciembre de 2012

Dejarse llevar

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El “dejarse llevar” es la consecuencia que pagamos por nuestras pasiones. Metafísicos, antropólogos, filósofos, psicológos han tenido, a lo largo de la historia, a la pasión humana como uno de sus temas predilectos. Para la psicología racional, por ejemplo, la pasión del hombre es la reacción que procede de algún “apetito sensitivo” y que nos atrae hacia un bien o que nos aleja de un mal que hemos percibido por los sentidos. Según de qué potencia provengan nuestras pasiones, generaremos distintas clases de apetitos; por ejemplo, al entendimiento, corresponderá un apetito intelectual  llamado voluntad; a los sentidos, en cambio, corresponderán los apetitos sensitivos. El apetito sensitivo es el impulsor de las pasiones por medio de nuestra motricidad, es decir que reflejaremos esa pasión en los movimientos corporales, y esto nos produce alteraciones en las que intervienen tanto nuestro cuerpo, como nuestra alma. Cuando actuamos movidos por la pasión, podemos reaccionar impredeciblemente, ya sea buscando el placer o eliminando obstáculos, y esto repercutirá en nuestro cuerpo, es por eso que en la vida común las personas absolutamente apasionadas sufren demasiado, porque el equilibrio entre la razón y la emoción se pierde, surgen los desengaños, las frustraciones, los padecimientos e, incluso, la depresión.  "Lleno de pasión, vacío de razón", dice el refrán. Pero, sin embargo, sin el apasionamiento el arte no existiría, poetas, escritores,  literatos y pintores  no nos habrían legado sus obras, su mensaje y su percepción. Tampoco habríamos recibido los aportes de los grandes personajes de la historia, los científicos, estadistas, próceres y profetas…”Ser apasionado”, resulta vital, y es la consecuencia de estar vivos, pero debe aparecer el contrapeso de la “razón”. Estar enamorados, gozar de lo divertido, disfrutar de las cosas buenas…soñar, son cosas que ninguno estaría dispuesto a sacrificar, pero alcanzar un punto de equilibrio, y de mesura, es el ejercicio cotidiano para no perder nuestro “cable a tierra”, y no sufrir.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

aprecciated much your blog kisses charles

Patzy dijo...

Charles:
And I appreciate that passes by my space and you comment my post. Thank you very much!

rgrosaga@gmail.com dijo...

Muy interesante lo que cuentas Patzy, como es sabido, los sentimientos no se pueden evitar pero sí controlar, de ahí a controlar nuestras pasiones y encontrar ese equilibrio mental. Un abrazo Patzy.

Patzy dijo...

Rosa:

Pues si lo decimos nosotras...apasionadas somos, verdad? pero en su justa medida es mejor! Un abrazo, amiga.

Cayetano dijo...

En efecto: hay que ser apasionado, emotivo, visceral, sensitivo, incluso estar ligeramente desequilibrado para ser un artista. Léase, por ejmplo, Van Gogh, Kafka o Bécquer. Si tuviéramos un control absoluto sobre nuestras emociones y apetitos, tal vez seríamos perfectos budistas, pero muy malos como pintores o poetas.
Un saludo.

Patzy dijo...

Cayetano:
Jajaj! Me gustó lo de "budista"...también requiere de su pasión, no? La pasión religiosa es otro tema...que ha llevado a más de una guerra! Saludos Cayetano, y gracias por pasar siempre.

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