"El arte es un paso desde lo visible y conocido, hacia lo desconocido." Kalil Gibran

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Colores de la noche

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 “El problema de pintar escenas o efectos de noche en el lugar y la noche misma, me interesa enormemente”, le escribía Van Gohg en una de sus misivas a Theo, su hermano, en el año 1888. “Aquí tienes una pintura nocturna sin nada de negro en ella, hecha con nada más que hermosos colores azul y violeta y verde, y amarillo limón. Me divierte enormemente pintar la noche en el sitio mismo. Los pintores solían dibujar y pintar el cuadro de día basándose en el tosco apunte. Pero yo encuentro satisfacción pintando las cosas directamente. Por supuesto, es verdad que en la oscuridad puedo tomar un azul por un verde, un azul-lila por un rosa-lila, porque no puedes distinguir correctamente el matiz del color. Pero es la única manera de librarse de las escenas nocturnas convencionales con sus pobres luces blanquecinas pálidas, mientras que una simple vela ya nos da los tonos más ricos amarillos y naranjas.”
Sin embargo, hace unos días, apareció publicada en distintos medios escritos, una noticia con este título: “El ojo ve millones de colores de día,  y blanco y negro de noche”, lo que, en un principio, privaría de la magia a estas expresiones del maestro impresionista…pero, a no preocuparse!!!…Veamos…
En Zaragoza, durante la Décima Reunión Nacional Española de óptica, Manuel Melgosa, catedrático de la Universidad de Granada, y presidente del Comité del Color de la Sociedad Española de óptica, presentó el libro “La tienda de las curiosidades del color”, en el que distintos científicos responden a 56 preguntas relacionadas con el color, formuladas a partir de la curiosidad natural que experimenta la gente por el fenómeno de la percepción del mismo. En la publicación, Melgosa explica que son los fotoreceptores de la retina los que permiten ver los colores, y que los conos, sólo se activan cuando hay cierta cantidad de luz, en lo que se  denomina visión fotópica. Cuando esos conos dejan de funcionar durante la noche, inician su trabajo otros fotoreceptores, los bastones, que al ser de un único tipo producen una visión en blanco y negro, lo que en realidad implica percibir una amplia gama de estímulos llamadas “grises” y que, incluso, de este hecho provendría el dicho popular: «de noche todos los gatos son pardos»!!
Sin embargo, a mi entender, la apreciación de Van Gohg, pareciera estar mejor justificada por otro fenómeno, conocido como  “Efecto Purkinje”, descubierto en el siglo XIX, por el investigador Johannes Evangelista Purkinje, responsable también de muchos otros avances relacionados con el ojo humano, como las células de Purkinje o las fibras de Purkinje. Este efecto explica que, a medida que la luminosidad se pierde, la retina del ojo humano también pierde sensibilidad para largas longitudes de onda de la luz (correspondientes a los colores amarillo, naranja y rojo), a la par que gana sensibilidad para cortas longitudes de onda de la luz (correspondientes a los colores verde, azul y violeta)y,  por ende, observando en la penumbra cualquier superficie coloreada, a medida que se pierde la luz dejaríamos de apreciar los colores rojos como los más brillantes para, en cambio,  apreciar los colores azules como los más brillantes….Entonces, atención!!,  Vincent sí era un “grande” de verdad!!! La razón fisiológica que causa este fenómeno, es la presencia en la retina de los dos tipos de células receptoras distintas: los conos,  más sensibles a la luz amarilla; y los bastones,  más sensibles a la luz en general y, por lo tanto, más importantes con poca luz. Así, los bastones, pese a no distinguir colores, responden mejor ante los colores azules y verdes, razón por la cual estos se muestran más brillantes en situaciones de baja luminosidad.
Como conclusión, entonces, podemos finalizar afirmando que existen dos tipos de equilibrio y de luminosidad ideal para el ojo humano: “la visión fotópica”, que es la que se da con gran luminosidad, y en la cual los conos alcanzan su mayor respuesta consiguiendo que el ojo tenga una interpretación de los colores adecuada, y  “la visión escotópica”, cuando los conos dejan de funcionar adecuadamente, y son los bastones los que se convierten en los principales receptores, provocando que se aprecien mejor los colores correspondientes a cortas longitudes de onda, lo que también justifica el hecho de que nuestra vista durante el amanecer y el atardecer , sea más imprecisa que de día o de noche, ya que nuestros ojos no consiguen adaptarse ni a la visión fotópica, ni a la visión escotópica.
Fuente: http://www.contexto.com.ar

3 comentarios:

Cayetano dijo...

Reflejar en un lienzo la magia de la noche ya es un reto al alcance de unos pocos genios. Van Gogh era un monstruo creador.
Otra cosa es el mecanismo físico de percepción de la realidad a base de conos y bastones, la capacidad de adaptación al medio visual que nos rodea. Pero ser capaz de plasmar todo ello en un cuadro no está al alcance de cualquier mortal.
Muy interesante la entrada.
Un saludo.

Cayetano dijo...

Hice un comentario pero parece que ha desaparecido.
Decía que en lo cuentas se dan cita dos cosas muy distintas. Una, el fenómeno puramente físico de ver o no ver cuando hay poca luz. Dos, esa cualidad que tienen pocas personas para sacar de la oscuridad y de la noche todo un mundo lleno de belleza (Van Gogh, por ejemplo). Por cierto, tu diseño sobre el tema me parece estupendo.
Un saludo.

Patzy dijo...

Me han aparecido los dos comentarios, Cayetano! Je! Muchas gracias...y dejo ambos porque me encanta leerte por aquí. Desde siempre me ha atrapado el tema de los colores...tanto desde el punto de vista físico o químico, como desde el punto de vista plástico o visual. Coincido en que un gran pintor, de todas formas, puede sorprender a la propia ciencia, plasmando colores magistralmente, aún donde naturalmente no los haya! Esa es la maravilla de esta profesión a la que amo! Un abrazooo, y Feliz otoño para tu continente!

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